miércoles, 25 de abril de 2018

¿Obligar a quien puede decidir?

Esta entrada trata acerca del debate que se realizó durante una clase de ética, cuyo tema era ‘’La hospitalización involuntaria de pacientes con trastornos mentales graves como la esquizofrenia’’. Las posturas tenían que estar a favor de la hospitalización involuntaria o en contra, presentando distintos argumentos que respalden ambas posturas. Los argumentos fueron principalmente extraídos de los Decretos de los Derechos Humanos y artículos legales que hablaban acerca de las consideraciones éticas para con los pacientes con este tipo de trastornos.
Psiquiatría representación
Para la realización del debate se utilizó como guía un artículo con título ‘’Debate sobre internamiento involuntario en pacientes con trastornos mentales graves y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPcD)’’. El artículo hace referencia a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, lo cual se encuentra estrechamente relacionado con las personas que poseen trastornos psiquiátricos graves debido a que podrían presentar cierta discapacidad psicosocial a causa de su trastorno, entonces, el debate nace entre el hecho del internamiento involuntario y algunos derechos humanos que podrían verse vulnerados (Bezanilla y Miranda, 2016).
El texto revisado ponía en tela de juicio el hecho de que una persona diagnosticada con algún trastorno psiquiátrico grave pudiera negarse a ser internada si contaba con un estado de consciencia que le permitiese tomar sus propias decisiones, es decir, manteniendo un juicio de realidad coherente con la situación contingente en la que se encontrase. De cierto modo, el individuo estaría siendo vulnerado en sus derechos a propósito de que se le estaría imponiendo la privación de libertad involuntariamente, y sólo se podría realizar este tipo de hospitalización cuando la persona se encontrase en un estado de inconsciencia, siendo absolutamente incapaz de tomar sus propias decisiones.
Personalmente me cuesta estar absolutamente de acuerdo con una de las dos posiciones, sin embargo me siento más inclinada a la premisa de que una persona siendo capaz de tomar sus propias decisiones no puede ser obligada a estar hospitalizada, incluso podría provocarle un daño mayor.
Revisando otros artículos he encontrado un listado de argumentos que son detractores del tratamiento involuntario (Guías, 2013):
• Es una medida discriminatoria y estigmatizante que además afecta de manera negativa la alianza terapéutica con el paciente.
• La judicialización del tratamiento puede acabar inhibiendo a los profesionales sanitarios de su responsabilidad.
• Si hubieran recursos suficientes para la atención psiquiátrica el TAI (Tratamiento Ambulatorio Involuntario) no tendría razón de ser.
• Existe el riesgo de que se produzca una generalización de la medida.
• Infringe el principio del consentimiento informado.
• Sólo puede aplicarse con tratamiento farmacológico en general inyectable lo que supone más violencia para el paciente.
• Pone más énfasis en el control del paciente que en la asistencia a sus problemas, desvalorizando las razones del paciente para no tomar el tratamiento.
En general, el tratamiento involuntario apuntaría a una medida violenta que pasa por alto derechos tan básicos como lo es el consentimiento informado. A mi percepción, creo que debería ser la última instancia, y ojalá nunca tener que recurrir a ella.
Dibujos de Louis Wain
 Otro punto interesante que encontré, ha sido una perspectiva distinta de la ‘’Recuperación’’.  Davidson (2017), hace mención de que una de las causas de lo confuso que suele ser la recuperación en las implicancias para las atenciones parte de que la misma palabra tiene un significado distinto para distintas personas. En este caso, a menudo la ‘’recuperación’’ de la enfermedad psiquiátrica suele confundirse con la ‘’recuperación’’ absoluta de cualquier otra afección física no crónica, de lo que se esperaría la recuperación plena de los síntomas, sin embargo no suele ser así. Es por esto que se ha acuñado el término de ‘’recuperación clínica’’, originado por Slade (Citado por Davidson, 2017). Este tipo de recuperación posiciona a las personas con trastornos psiquiátricos en un papel activo, que se mantiene en la constante búqueda de cómo vivir con una enfermedad mental grave análoga a la forma en que las personas con enfermedades ‘’crónicas’’ aprenden a sobrellevar sus vidas de manera estable.
Esta nueva perspectiva de la recuperación implica una ‘’recuperación personal’’ que parece abarcar cinco procesos que son de central importancia. Estos corresponden a:
1) conectarse con otros.
2) tener un sentido de esperanza y optimismo sobre el futuro.
3) tener un sentido positivo de la identidad.
4) otorgar un sentido o significado a la propia vida.
5) estar empoderado para cuidar y decidir por sí mismo.
Relacionado con estos cinco factores, es a través de la existencia de una conexión de apoyo y cuidado por parte de los demás que las personas son capaces de desarrollar o mantener un sentido de esperanza y optimismo respecto de su enfermedad mental, de esta forma es posible desarrollar un sentido positivo de la identidad, otorgando un sentido a la propia vida y convertirse en alguien capaz de cuidarse por sí mismo y actuar a través de sus propias decisiones.
Volviendo al tema del debate en clases. Tengo la sensación de que si se implementara algún plan de trabajo o apoyo adecuado a estas personas, tendrían mayores posibilidades de integrarse en la sociedad teniendo la merecida capacidad jurídica que corresponde a todos los ciudadanos que son capaces de cuidar de sí mismos.

Referencias



Más Información

Declaración Universal de los Derechos Humanos


Un video que me pareció interesante acerca del internamiento forzoso y lo negativo de las restricciones que pueden experimentar estos pacientes



Diálogos abiertos, un abordaje alternativo para la psicosis. Me pareció adecuado para complementar el tema de la ''recuperación clínica''



Ética vs Moral

En esta ocasión, pretendo hacer una distinción entre los términos ''ética'' y ''moral'', los cuales suelen estar estrechamente relacionados, y también se tienden a confundir. Según Ortíz (2016) Suele haber cierta controversia acerca de las definiciones y la distinción de los términos “ética” y “moral”, mencionando también la importancia crucial que algunos filósofos otorgan a la distinción de cada uno de los conceptos, debido a que existirían usos correctos e incorrectos para ambas abstracciones. En la mayoría de las definiciones se abarcan distintas concepciones de lo que es bueno y lo que es correcto, haciendo referencia a dos polos de la conducta humana que se encuentran diferenciadas, pero que al no estar de acuerdo pueden entrar en conflicto, y al contraponerse, podrían haber acciones que sean éticas pero no morales y viceversa. La importancia de este conflicto, se encontraría en la capacidad de vislumbrar qué acción tendría prevalencia sobre la otra. 

El autor citado anteriormente, pretende argumentar que no existe una distinción absoluta que provenga desde la etimología de las palabras ''ética'' y ''moral'', es más, ambos términos significarían lo mismo. La distinción que se realiza es más bien estipulativa, es decir, depende en gran medida de cómo se estipulen los términos en un determinado contexto el cómo van a ser llevados a la praxis, por lo cual no existe un significado universal. Además, tales estipulaciones deben tener un propósito para que tengan sentido, mostrando las diferencias entre ambas polaridades por medio de la conducta humana, como se mencionó antes, la existencia de la prevalencia de una sobre la otra.

De acuerdo al significado etimológico de las palabras ''ética'' y ''moral'', suele existir un isomorfismo entre ambos conceptos o son utilizados como sinónimos.La palabra ''ética'' procede del griego ethos que significa “el carácter, modo de ser”, mientras que la palabra ''moral'' procede del latín mos moris que significa también “carácter o modo de ser” (Vilchez, 2012). SNo obstante, el término ética se empleará para hacer referencia a  la filosofía moral que denota de distintos códigos concretos, que constituye a la reflexión sobre los problemas morales, mientras que el término moral, se utilizaría como un conjunto de principios y normas que se transmite de forma generacional entre los individuos. Tales principios y normas funcionan como legado de orientaciones en el modo de comportarse en el sentido de lo que es ''bueno'' y ''justo''.

A modo de conclusión, mi propia distinción del concepto ''moral'' versus ''ética'', yace en que la moralidad responde a un conjunto de valores, normas, principios, costumbres y patrones de comportamientos que se encuentran alineados dentro de un legado transgeneracional, el cual encuentra un sentido dentro de cada individuo, siendo coherente con lo que ha aprendido durante su vida principalmente a lo que comprende su ciclo familiar y cultural. Un ejemplo de esto serían los valores religiosos aprendidos en una determinada comunidad, que sirven como representación de lo que es bueno o justo.
Por otro lado, el concepto de ''ética'', vendría a ser la reflexión del actuar más allá de lo moral, por lo que muchos filósofos han planteado su propia visión de lo que comprende la ética, siendo ésta una perspectiva más imparcial que determinaría el actuar del ser humano como ''adecuado'' o ''inadecuado'', pero que parte de la racionalidad individual de la persona.

Referencias:


Más información:



Un video que explica la diferencia entre ética y moral



Respecto a la asignatura...

Las expectativas que tenía sobre la asignatura eran referidas a aprender qué hacer en caso de que ocurrieran ciertos dilemas éticos, mientra...